viernes, 13 de abril de 2012

Salvajes vs. Mimados

     Con ocasión del reciente accidente del hijo primogénito de la Infanta Elena, han salido a la luz varias cuestiones: "¿Qué hacía un niño de 13 años manejando un arma restringida a mayores de 14? ¿Esta ley es exagerada o realmente permitir el manejo del arma a un niño de 13 primaveras es una imprudencia? ¿ Tienen todos los niños la misma madurez a los 14 años?"....

   En el fondo, todas las anteriores preguntas quedan resumidas en una : "¿sobreprotegemos a nuestros hijos, o mas bien los asilvestramos?"- sin duda éste es un debate que puede dar mucho que hablar, pues encontramos posturas férreamente defendibles desde los dos puntos de vista contrarios, basadas en la razón y bien argumentadas.
   En mi opinión, considero que una de las causas de nuestra sociedad destrozada es precisamente la sobreprotección mayoritaria de los hijos (por supuesto que hay excepciones, que algún lector ya se habrá alterado...).

     Para argumentar mi posición, me he tomado la libertad de establecer una analogía utilizando el conocido caso del que todos hemos participado en alguna ocasión: La moto, ¿muerte segura o utilidad garantizada?. Creo que es innegable que la moto supone un riesgo añadido, mayor que el del coche sin duda, es cierto, pero, ahora bien, creo que es de justicia mirar el otro lado de la moneda, y es ésto lo que no sale a relucir en este tipo de debates: la moto da más que quita. El conductor de moto imprudente sin duda tendrá un accidente o un par de ellos, pero estoy convencido que eso no hará sino reforzar ciertos valores como la responsabilidad, la prudencia, la seguridad, la paciencia e incluso la humildad (al resignarse y aceptar que tiene que dejar pasar pese a tener preferencia, sabiendo que la alternativa es acabar en el hospital). Todo esto sin hablar de las nuevas experiencias que puede aportarle la moto, y sin mencionar la utilidad que le puede proporcionar. En definitiva, es un riesgo que merece la pena correr.

     De la misma manera que ocurre con las motos, cierto componente de riesgo en nuestra vida no debería ser interpretado como síntoma de locura o imprudencia, sino que es precisamente el fundamento de ciertos valores y virtudes muy difíciles de conseguir de otra manera. Por otra parte, creo que una vida sin ningún riesgo se convierte con facilidad en una vida mundana, demasiado corriente, poco atractiva y que pierde emoción.

     Por todas estas razones creo que el accidente de Felipe Juan Froilán no es sino un leve incidente que sin duda le hará más prudente, y estoy convencido que seguirá cazando y disfrutando de la caza más que nunca, aprenderá y algún día permitirá a sus hijos comenzar a practicar tiro con 13 años.

     En definitiva, creo que no todos somos iguales, y no creo que un padre cazador tenga culpa alguna en considerar a su hijo lo suficientemente maduro para empuñar un arma. Para los que ahora me consideren un salvaje por esta afirmación, quiero concluir dejando un argumento para que le den vueltas: ¿qué pasaría si sus padres, por protegerles, nunca le hubieran retirado los ruedines de la bici?, ¿habrían podido disfrutar igual de la bicicleta?-piensen en los momentos buenos que le proporcionó la liberación del arrastre de los ruedines (mayor velocidad, más libertad de movimiento..), y midan a la par el riesgo que añadieron, seguro que más de una vez acabaron con una rodilla pelada por una caída, pero creo que mereció la pena.

"Lo que no nos mata, nos hace más fuertes"


José María A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario